Apnea del sueño
Mientras dormimos, nuestro cuerpo puede emitir sonidos o ruidos debido a una obstrucción o reducción de las vías respiratorias superiores. Esta obstrucción parcial, que involucra estructuras como la faringe, el velo del paladar, la úvula y la base de la lengua, provoca que dichas estructuras choquen y vibren, generando el sonido característico del ronquido. En algunos casos, estos ronquidos pueden ser un indicador del Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS), una condición que se caracteriza por pausas involuntarias en la respiración.
El ronquido no solo afecta la calidad del sueño de quien lo padece, sino que también puede tener consecuencias sociales y de salud. Socialmente, puede afectar la dinámica familiar y ser motivo de burla, mientras que en términos de salud, altera el patrón del sueño y previene un descanso adecuado. Además, existe una correlación entre el ronquido crónico y el desarrollo temprano de Hipertensión Arterial (HTA), así como la posibilidad de sufrir de Síndrome de Apnea Hipoapnea Obstructiva del Sueño (SAHOS) o enfermedades relacionadas con el ronquido. Estas interrupciones del sueño pueden llevar a una disminución en los niveles de oxígeno en la sangre y, con el tiempo, a un aumento en la presión sanguínea y al crecimiento anormal del corazón.
Para identificar y diagnosticar estas condiciones, se recomienda realizar un estudio de Polisomnografía en un laboratorio especializado en medicina del sueño. Este examen, que se lleva a cabo durante la noche, permite monitorear al paciente de manera continua y proporciona datos cruciales como:
- Cuantificación del ronquido y su asociación con apneas.
- Número de apneas por hora de sueño, lo cual es esencial para determinar la gravedad de la condición.
- Actividad eléctrica cerebral (electroencefalograma) para evaluar el tiempo de sueño, la fragmentación del mismo y las distintas etapas del sueño.
- Niveles de oxigenación de la sangre, que suelen disminuir debido a las apneas.
- Detección de arritmias cardiacas.
- Movimientos de las piernas, que pueden contribuir a un sueño más superficial.